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sábado, 23 de abril de 2016

Dispersión de mercurio en el estado de Querétaro (México)



Para los estudiosos o interesados en la dinámica del mercurio, os dejo este artículo que ha salido recientemente en los medios de comunicación.



Querétaro, 7 abril 16 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el fin de proporcionar información más precisa que lleve a la toma de decisiones y acciones en favor del medio ambiente y de la población de la Sierra Gorda, el Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, realiza un estudio respecto a la dispersión de mercurio (Hg) en las zonas terrestres del municipio de San Joaquín, en el estado de Querétaro.
 
El investigador del Centro de Geociencias de la UNAM a cargo del proyecto, Gilberto Hernández Silva, informó que este estudio se ha estado desarrollando desde hace siete años, y pretende ofrecer una visión amplia para estudiar la minería y el impacto en los sistemas terrestres del mercurio, que se ha explotado desde hace más de dos mil años en el sur de la Sierra Gorda de Querétaro.


 “Desde esas épocas se ha estado explotando el cinabrio o sulfuro de mercurio (HgS), de acuerdo con los arqueólogos. En esta zona existen dos centros arqueológicos, Ranas y Toluquilla, que son muy importantes a nivel local; el cinabrio se usaba para ceremonias, rituales y hasta como un bien comercial. El principal problema que encontramos es que los escombros —también llamados terreros— que se sacan de las minas durante la extracción del cinabrio, siempre se han ido dejando en los bordes de las bocaminas, lo que ha dejado la región saturada de este tipo de residuos que se evaporan constantemente, lo que hace que se libere el vapor de mercurio”, explicó.
 
Arqueología y explotación minera

 Hernández Silva detalló que para la realización de este estudio se llevó a cabo un mapeo para identificar cómo se encontraba disperso el mercurio en suelos, sedimentos y terreros, la cuenca hidrológica ubicada en esa zona, la vegetación, atmósfera y geología, así como el mercurio acumulado en huesos prehispánicos.
 
“Otro de los objetivos era identificar el mercurio en otros de los materiales en los sistemas terrestres, es decir, suelo, aire, tierra y biota; todo esto para tener una aproximación del flujo de mercurio total dentro de los diferentes compartimentos de estos sistemas terrestres. Para empezar a hacer el trabajo de mapeo en suelos, sedimentos y terreros, utilizamos un sistema de información geográfica y un analizador de mercurio avanzado (AMA254) que nos proporcionó el Geological Institute of Hungary (MAFI), con el que la UNAM ha tenido un convenio bilateral por más de 15 años. Trabajamos con ellos porque tuvieron a su cargo el estudio del mercurio en suelos y sedimentos de toda Europa, ese fue un aval para nosotros. La zona de estudio abarcó 175 kilómetros cuadrados aproximadamente, incluyendo más de 150 bocaminas y sus respectivos terreros de diferentes dimensiones a cielo abierto, así como la cuenca hidrológica que se encuentra en esa área”, indicó.
 
Como resultado de este estudio, puntualizó el investigador, se ha podido identificar que la actividad minera del mercurio a través de tanto tiempo de explotación en la zona, ha impactado de manera significativa en los sistemas terrestres como el agua, suelo, aire y biota.
 
“La explotación minera del cinabrio, por más de dos mil años en la zona mineralizada de San Joaquín, ha liberado grandes cantidades de mercurio a la atmósfera y al entorno de la región, afectando los sistemas terrestres y hasta la salud humana. El problema es que, aun después de haber cerrado una mina de mercurio, persisten sus efectos durante decenas, centenas o incluso miles de años. Esto significa que de manera constante existen emanaciones de vapor de mercurio de magnitudes todavía desconocidas”, declaró.
 
Riesgo ambiental

 Como parte de los resultados obtenidos con el mapa de dispersión en suelos, sedimentos y terreros, de acuerdo con Gilberto Hernández Silva, se encontraron tres áreas con concentraciones de mercurio superiores a 250 mg/kg, que rebasan la norma oficial que fija un máximo de 25 mg/kg, constituyendo así un riesgo ambiental.
 
“En el caso del agua potable en la zona estudiada, el Hg encontrado no representa peligro para el consumo humano; no obstante, los resultados obtenidos demuestran una bioacumulación de mercurio, y la presencia elevada y errática de gas de mercurio en el aire sugiere una continua volatilización proveniente de los terreros de las minas y de los suelos enriquecidos con mercurio. También se encontraron grandes concentraciones de mercurio en el suelo agrícola y en las plantas de maíz, tanto en las raíces, hojas y grano, por lo que es necesario seguir monitoreando el Hg a largo plazo para establecer su comportamiento en la región”, advirtió.
 
Este estudio, que será presentado en el Instituto de Geofísica y Geología de Hungría próximamente, ha abierto nuevas líneas de investigación sobre la acumulación de mercurio en animales, hortalizas, estiércol y tortillas elaboradas en la zona, un método electroquímico para remediación de suelos contaminados con este elemento químico, así como técnicas de biología molecular para aislar bacterias resistentes al mercurio.

Fuente: https://rotativo.com.mx
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