¿Conocías este suceso? Te lo cuentan en detalle en este artículo:
Hace 86 años, un 14
de diciembre de 1928, la compañía «Iberia-Aérea» realizó su primer vuelo, el
viaje entre Barcelona y Madrid de un trimotor Rohrbach Roland. A partir de entonces, comenzó a enlazar ambas
ciudades una vez al día y, en el primer año, ya habían utilizado sus servicios
4.000 pasajeros. Aquellos pioneros aviones comerciales alcanzaban un velocidad
punta de 205 km/h y contaban con capacidad
para diez pasajeros, que viajaban en asientos de mimbre, y dos
tripulantes.
El primer vuelo comercial de Iberia, fundada
el 28 de junio de ese año por el
empresario vizcaíno Horacio Echeberrieta, estaba previsto que fuese, con
Alfonso XIII a bordo, entre
Madrid y Barcelona. Sin embargo, fue un vuelo Barcelona-Madrid el primero que
realmente operó Iberia aquel 14 de diciembre, dos horas antes del realizado con
el Rey de España, para que de este modo éste pudiera presenciar el primer aterrizaje en el aeropuerto de Carabanchel,
actual aeropuerto de Cuatro Vientos.
Los tiempos, que a veces pasan volando, han
cambiado una barbaridad desde entonces. Hoy el Grupo Iberia efectúa una media de 600 vuelos diarios,
cuenta con una plantilla de 18.500
empleados y una flota de 130 aviones. Además, el buque insignia del
desarrollo del sector áereo en España, la aerolínea de bandera, forma para del holding IAG junto a la
británica British Airlines y está inmersa en un complejo proceso de reestructuración.
El futuro aún está por dibujar en el
horizonte, pero el punto de partida llegó en aquellos años apasionantes años
pioneros cuyo espíritu relata ABC en una crónica publicada el 10 febrero de
1928 sobre un viaje de Primo de Rivera junto
al director y fundador de ABC, Torcuato Luca de
Tena. «A las doce y veintidós, o sea, más de media hora antes de la
anunciada, aterrizó en el aeródromo de
La Tablada el aparato Rosvard de la Compañía Aérea de Transportes Iberia»,
contaba ABC.
Los privilegiados viajeros
pudieron comprobar de primera mano que aquel trayecto entre Madrid y Sevilla se podría realziar en poco más de
dos horas. «Los expedicionarios salieron a las diez y diez de la mañana de
Madrid; a las diez y treinta y seis pasaron sobre Toledo; a las diez y
cincuenta, sobre los montes de Toledo; a las once y ocho cruzaron el Guadiana;
a las once y treinta volaban sobre la línea férrea de Almadén; a las once y
cincuenta, sobre Fuenteovejuna; a las doce, sobre Sierra Morena, y a las doce y
veintidós llegaron a La Tablada», describía minuciosamente la crónica.
Salto continental
A partir de entoces, la compañía comenzó a
crecer y a coger velocidad de crucero. Los primeros vuelos europeos llegaron en
1939, fecha en la que se inauguró la
ruta Madrid-Lisboa. Seis años después la compañía abrió sus alas a
Latinoamérica con el vuelo Madrid-Buenos Aires, que hacía escalas en Villa
Cisneros, Natal y Río de Janeiro, convirtiéndose en la primera aerolínea que estableció un servicio aéreo entre Europa y
América del Sur.
La «conquista» de
Norteamérica llegó el 3 de agosto de 1954 (aniversario de la salida de Cristobal Colón
del Puerto de Palos) con la inauguración de la ruta Madrid-Nueva York a bordo
de los tres aviones «Super
Constellation» de la compañía, bautizados con los nombres de las
carabelas: Pinta, Niña y Santa María.
Otro hito en la historia de Iberia lo marcó
en 1961 la llegada de los tres primeros reactores DC-8, conocidos como «el rey
de las largas distancias», que se utilizaron para vuelos de largo recorrido
hasta que en 1970 llegó a Barajas el
«primer Jumbo» de la aerolínea.
En su adaptación a los nuevos tiempos, en la
década de los ochenta Iberia incorporó a su plantilla a la primera mujer
piloto, que abrió el camino a las 61 de
la plantilla actual, de las cuales 8 son comandantes. En 2001, la
compañía puso fin a su titularidad estatal con la salida a bolsa. Al año
siguiente, entra a formar parte del Ibex 35. Ya privatizada, trasladó en 2006
su centro de operaciones a la T4 de Barajas y en 2009 se fusionó con British Airways dando lugar al grupo IAG.
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